Te presento a Pestalotiopsis Microspora, el hongo que come plástico.
Como muchos de los grandes inventos de la humanidad, el hongo Pestalotiopsis se descubrió de casualidad.
Veamos cómo:
Unos cuantos estudiantes de la Universidad de Yale fueron a Ecuador como parte de una asignatura de trabajo de campo.
En la parte amazónica de Ecuador, recogieron hongos que vivían en la corteza de los árboles sin causar ninguna enfermedad a éstos.

Cada estudiante recogía hongos para probar su uso en diferentes campos; para uso médico, industrial, etc.
Entre esos hongos se encontraba el Pestalotiopsis, el hongo que come plástico.
A una de las alumnas se le ocurrió probar como reaccionarían los hongos habitando en plástico y el resultado fue positivo. Los hongos que vivían en la corteza de los árboles seguían vivos al habitar en plástico.
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De casualidad hasta Pestalotiopsis
El alumno Jonathan Russell (años después), siguiendo con la investigación, llegó un día al laboratorio para ver como un hongo había hecho desaparecer parte de un plato de plástico que se usa mucho en laboratorios para albergar cultivos. Habían descubierto que el hongo Pestalotiopsis microspora degradaba el plástico, se lo comía.
Además, el hongo Pestalotiopsis puede degradar plástico incluso en lugares sin oxígeno. Este descubrimiento es muy importante porque es una condición que se produce en el fondo de vertederos. Se le podría dar ese uso.
Pestalotiopsis Microspora come plástico pero es solo el principio
Desafortunadamente, llevará años convertir este hallazgo en un producto industrial. Russell, el estudiante del plato de plástico «devorado», dice que su descubrimiento es sólo un modesto paso.
Otro grupo de estudiantes está investigando ahora hongos recolectados en el Amazonas que puedan degradar el poliestireno, el plástico más usado en producción de envases.

Familia de organismos que comen plástico.
El pestalotipsis microspora no es el único organismo que degrada plástico. Hay otros que también lo hacen.
Como hemos dicho, el hongo estrella de este post es único por dos motivos:
- se come el poliuterano, que es el plástico más amenazante para el medioambiente por su casi eterna degradación.
- Puede comerse el plástico en ambientes sin oxígeno. Característica que lo convierte en único hongo que come plástico en estas condiciones.
Pero el Pestalotiopsis Microspora tiene unos «hermanos» que también degradan plástico. Éstos son:
- Aspergillus tubingensis: en 2017 se ha descubierto que una cepa de este hongo también es capaz de degradar poliuretano.

- Nylonasas, una cepa de flavobacterias. Descubierta en aguas residuales de una fábrica japonesa de nylon en la primera mitad del siglo XX. ¡Unos científicos descubrieron que esta bacteria no existía antes de existir el nylon!
- Galleria mellonella o la polilla de la cera. Llamada así porque habita en los panales de las abejas y se alimenta de la cera de los panales. No obstante, se ha descubierto que las larvas de esta especie también degradan el polietileno.
- Geotrichum candidum, le debe gustar mucho la música o la informática, porque en 2001 se descubrió que consumía policarbonato de los Compact disc (CD’s).
- Ideonella sakaiensis. Descubierto en una planta de reciclaje de plástico. Se come el tereftalato de polietileno. Tiene sólo 70 años de vida.
- Tenebrio molitor. Es una larva que evoluciona posteriormente a escarabajo. Sin embargo, esta larva es capaz de degradar poliestireno.
El futuro del reciclaje del plástico
No puedo estar más de acuerdo con la Doctora Kaury Lucera, profesora del departamento de Biología Molecular de la Universidad de Yale, que dijo lo siguiente:
Este descubrimiento muestra que pueden suceder cosas maravillosas cuando alentamos la creatividad de los estudiantes
Y sobretodo cuando se invierte en investigación. Cuando oigo hablar de recortes en las noticias, cuando más pena siento, es cuando oigo que no se destinará «x» presupuesto en investigación.
El recorte en investigación supone eliminar la posibilidad de descubrimientos como el del hongo Pestalotiopsis. Significa cortarle las alas a los avances del tratamiento de cánceres o del VIH.
Y, por supuesto, dificulta el descubrimiento de inventos para frenar el calentamiento global que tanta falta hace.
Esperemos que no sea tarde.

